Otro punto bajo en mi vida.
Por un lado, el trabajo está escaso, pero hay temporadas así. Esta es inoportuna por estar cerca de las fiestas navideñas, pero en fin, hasta Ale (mi hijo) entiende. Por otro lado, una chica que me gusta mucho decidió tratarme fríamente, creyendo que esa sería la mejor manera de des-enamorarme de ella, cuando yo sólo quería era conservar su amistad tal cual había sido originalmente. Mi hijo Ale sube llorando en las noches porque aparentemente, su madre le está intentando labarle el cerebro para llevárselo a vivir con ella, cuando en los 7 de 11 años de la criatura lo ha tenido prácticamente abandonado al cuidado de mi madre (por mi, ella puede largarse cuando quiera, pero mi hijo se queda). Y ahora que mi padre se viene desde EE.UU. va a empezar una guerra a muerte con mi madre.
No está siendo un bonito cierre de año, no recuerdo ninguno de mi vida que haya sido tan complicado, aunque el 2000 aún se lleva el premio al peor año de mi vida (me apareció Síndrome de Reiter, me enteré que me pusieron los cuernos, tuve una depresión de padre y señor mío y no tuve trabajo casi todo ese año). Parece que el 2008 ocupará el segundo lugar... si no sucede nada peor que le gane al primero ¡Dios no lo quiera!
Ahorita el lío más preocupante es el de mis padres. Ellos se separaron hace 6 años, y desde entonces, él ha estado viviendo en EE.UU., mientras que ella vivía acá. Él le pasó su pensión mientras trabajaba allá para automantenerse, y se metió con una señora con la que ha convivido hasta ahora (nada que objetar, considerando que fué después de separarse de m i madre). Y ahora a su regeso, piensa quedarse con su pensión sin ya no pasarle nada a mi madre, lo cual ella considera injustísimo, pues a pesar de contar con su trabajo de tortas y con la pensión, los ingresos le quedan chicos para mantener la casa. Yo ayudaba cuando tenía trabajo, pero actualmente no tengo.
Y francamente, he caído en un cuadro depresivo bastante preocupante (parecido al que tuve cuando la madre de mi hijo me sacó la vuelta). Al menos a este lo siento, intento luchar contra él, pero no lo estoy consiguiendo mucho. En cierta forma, por esto me aferré tanto a la amistad de mi amiga, necesitaba desesperádamente ser alegre, contar con alguien con quien animarme, alguien con quien contar (un vacío que mi hijo no puede llenar) y erróneamente lo busqué en ella, pues no sintió lo mismo y creo que terminó asustándose de mi insistencia en verla y salir con ella. No es su culpa que terminara enfriándome el trato, pero el resultado es igual de dañino... para mi. Decidí dejar de hablarle... por mi propio bien (así como le retiré el habla a la lamdre de mi hijo). Quizá fuí muy rudo con ella al decirle ciertas cosas, pero a ella le falta madurar un poco, y espero que esto la ayude a hacerlo (tiene que crecer, mejor que lo haga menos dolorosamente que como usualmente aprendemos los demás con experiencias propias).
Así pues, encima que los problemas se amontonan, perdí a mi única oportunidad de alegría. La extraño mucho, pero no se puede obligar a las personas a sentir cosas que no desean, y es mejor dejarlas ir. Pero no perderá mi amistad.
¿Pero ahora cómo me quito la depresión? no tengo ninguna intención de comparme medicamentos antidepresivos. Ale ayuda como objetivo, pero no es suficiente. Mi afición por los Transformers también ayuda, pero el hecho que me robaran la cámara hace dos meses también contribuyó a mi estado de ánimo. Necesito a alguien con quien compartir mi vida, una compañera que me de cariño, afecto y comprensión que nadie más puede darme. Ahora más que nunca siento la soledad, y no puedo quitarme el sentimiento, cada día es una lucxha contínua para no caer en la desesperación.
Y no me rindo. No tomaré medicamentos, y pondré toda mi voluntad para salir adelante. Lo bueno de lo malo es que no es permanente, y siempre seguirá algo mejor (lástima de la coincidencia con fechas navideñas, en fin).
Nadie sabe cómo me siento, cómo estoy. Mi madre lo sospecha, sabe que estoy deprimido, pero no tiene idea de la gravedad de mi estado. Combato sólo, pues ella ya tiene sus propias preocupaciones con las cuales lidiar. Levantarse cada mañana es una lucha a brazo partido, seguir despierto es una batalla constante, el forzarme a hacer cosas útiles es toda una guerra. Mi mente objetiva capta todo, comprendo con claridad lo que me pasa, pero apenas puedo combatir contra ello. Si así apenas puedo mantenerme en pié... aomprendi ahora parcialmente a las personas que no han podido ser capaces de seguir adelante y se han rendido, es una sensación... abrumadora.
E irónicamente, estoy contento que nadie sepa que exista este blog, que nadie pueda leer lo que escribo. Quizá aún no es el momento. La única que sabe de la existencia de este blog es mi amiga, a la que quiero más que como una amiga, pero se que ni se molestará en venir por aquí, y quizá es mejor. Siento que no podría comprenderme si le contara todo esto. Si se asustó sólo por decirle que me gustaba mucho y reaccionó enfriando su comportamiento (una reacción típica dicho sea de páso, ya he visto lo mismo en otras personas de su edad, les falta tanto por conocer de la vida y creen que ya lo saben todo...), imaginen si le contara todo esto. Tanto desearía que me apoye... pero siento que contarle esto sería hacerla reaccionar a la fuerza, por compasión o algo así, y no quiero eso.
Necesito a alguien que me escuche, que me comprenda, que me apoye, y ese alguien, ahora que más lo necesito, no existe. Creo que eso también se suma a cómo me siento. A veces ser el bueno es más dañino que ser el malo. A las chicas le gustan los chicos malos, no los buenos, pero lamentáblemente, jamás podré ser malo, no está en mis genes, me es imposible. A veces envidio a fulanos como el que se llevó a la madre de mi hijo (un tipo frío, mentiroso, ladrón, pero muy seguro de si mismo), o a los que son capaces de ocultar sus sentimientos y fingir, o quedarse callados y mentir (cuando les preguntan cómo se sienten). No hay peor cosa que decirle a una chica cómo te sientes y qué piensas de verdad.
Y lo paro acá que ahorita me deprimo peor.
Pero así es la vida, hoy estoy en el fondo, mañana espero estar al menos cerca de una sima, y ojalá, nunca más vuelva a tocarme otro fondo como los dos quye ya tube.
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